Un cuento

A veces necesito escribir, ayer necesitaba escribir. 
No me importa a quién le valla a gustar y a quien no, yo estoy conforme con cómo quedó, y estoy segura que siempre que necesite abrir esas cajas este cuento va a estar ahí adentro para mi como todas demás cosas que guardé ahí siempre. 
Lo dejo para el que lo quiera leer (no es muy largo):  

Geometría de aquellos recuerdos

El círculo estaba muy cómodo en su vida de círculo . Todo encajaba con su forma, correspondía con su gama de colores.
Cada habitación de su casa circular era un ambiente distinto, que hacían sentir maravillosamente bien al círculo, haciéndole creer que era especial. Que no había otro círculo como él ni como los que vivían con él.
Con el correr del tiempo se dio cuenta de que poco a poco, los círculos de alrededor, se volvían óvalos y luego alcanzaban una forma como de triángulo, después rombo, por último el rombo se enderezaba y se volvía un cuadrado. No pasó con todas las cosas que lo rodeaban. Pero se daba cuenta de cómo empezaba a extrañar esas partecitas de su vida que lentamente cambiaban de forma.
Como dije antes, el círculo se creía muy especial. No superior, él era un círculo bueno, que creía que tenía poder para evitar esas transformaciones que sufría su entorno.
Hubo una vez, círculos en su casa que quisieron comenzar con el más grande de los cambios. El que abarcaba cambiar la forma de miles y miles de circulitos que se encontraban de adorno en una canasta, o que servían para cocinar, entretenerse, dormir o jugar. Ellos tampoco eran malos, pero sin embargo eran quienes llevaban a cabo todas esas transformaciones, porque creían que era lo mejor, que ganarían más espacio, comodidad y felicidad. Pero el círculo a pesar de que los quería mucho, estaba completamente en contra de todos y cada uno de esos cambios. Él estaba convencido de que la raíz del problema se encontraba en la mismísima transformación de las mentes de aquellos círculos con quienes convivía. Que poco a poco, sus seres queridos… tomaban forma de cuadrado.
A pesar de que lo intentó, lo gritó y lo lloró con todas sus fuerzas, su poder no fue suficiente como para frenar ese cambio grande del que hablaban los otros círculos. No pudo evitar que su hermosa y querida casa redonda se volviera un rombo. No era un cuadrado aún, porque había unas pocas habitaciones que seguían siendo tal cual como eran antes. Pero la esencia, la base principal de su felicidad, su hogar, habían cambiado.
En ese momento el círculo optó por buscar una solución. No podía hacer que su casa volviera a ser circular. No podía, aunque enormes eran sus ganas de volver a caminar por esos mosaicos curvos otra vez. ¡Y cómo aumentaron esos deseos a medida que los años pasaban! Pero ya no había vuelta atrás, ni nunca la habría.
Entonces el círculo empezó a juntar cajas, bonitas cajas cuadradas y comenzó a guardar en ellas los últimos círculos que le quedaban de aquella vieja vida, de aquel mundo. Porque había sido eso, su mundo. Él quería demostrar que a pesar de que esas cajas eran cuadradas (que no quiere decir que no tuvieran sus beneficios), dentro podían seguir existiendo bellos círculos, o trozos de ellos. ¡Y con cuánta alegría abría el círculo esas cajas! ¡Cuánto le gustaba sentir que había una parte de su vieja vida que aún existía! Pero lo más importante, ¡cuánto le gustaba saber que podía visitar esos recuerdos cuando quisiera! Que siempre estarían allí para el, y que jamás dejarían de funcionar como un puente para su memoria.
Entonces el círculo siguió juntando fotos, viejos juguetes, frascos de perfume que aún conservaban su olor, canciones. Todo eso lo hacía más feliz que nada en el universo. Y aún se refugia el círculo, siempre que lo necesita, en esas cajas, en esas fotos y en esos perfumes; y se enorgullece de que a pesar de que no pudo frenar las transformaciones de su entorno, de su vida, pudo evitar la más importante, la suya. Él siempre será un círculo esté donde esté, y eso sí que nada ni nadie podrá cambiarlo nunca.

Fin
                                                                                                      

No hay comentarios:

Publicar un comentario